16 oct 2007

Semejanzas y diferencias (I): La oficina.

La gente siempre me comenta sobre lo parecido que somos los venezolanos con los españoles, por encima de cualquier otro latinoamericano. Hay veces que hasta me llegan a preguntar que si soy de Islas Canarias porque, al parecer, hablamos con el mismo acento y no pronunciamos las "eses". Yo les respondo que claro que nos parecemos en algunas cosas, al fin y al cabo somos latinos, además que hace 515 años, un 12 de octubre, sucedió el "Encuentro de dos mundos" como me gusta llamarlo y no como otros que le dicen "El día de la resistencia indígena", o parecido.

Bueno, como este blog es light, no me voy a desviar por temas que no vienen el caso y le doy paso a una lista de semejanzas y diferencias que he encontrado en mi primer año en España. He decidido que sea una serie de posts dividida en tópicos de la vida diaria, por ejemplo, en este primer número, voy hacerlo sobre la oficina; pero luego habrá otros sobre los vecinos, el metro, la universidad, etc.

Unas semanas antes de volver a Venezuela en Julio (discúlpenme por los que se están enterando ahora, pero es que apenas fui por cuatro días hábiles y tenía que aprovecharlos para hacer miles de diligencias), escribí un correo electrónico a mis compañeros de Comstat Rowland, último lugar en el que trabajé, por algo más de un año, antes de cruzar el charco. A ellos les explicaba en qué cosas nos parecemos y nos diferenciamos en una oficina común y corriente. Esto fue lo que les dije:

"Otra cosa que les quería comentar es que las empresas españolas se parecen mucho a las venezolanas (por lo menos desde mi experiencia). Por ejemplo:

Semejanzas:
  • El 90% del personal de la oficina es femenino. Lo que está muy bien menos cuando hablan de depilación, maquillaje y sostenes (sujetadores). ¿Con quién hablo cuando quiero comentar el juego de anoche? ¿Vieron la carrera de Alonso? no, no te he preguntando que si Alonso es guapo o está casado... Bueno, al menos ya sé que antes del maquillaje se aplican una base, pero para qué me sirve saber eso.

  • El 10% del personal de la oficina es masculino. Por suerte habemos un grupo de hombres con los que puedo seguir con los rituales debidamente aprobados por Asomacho: -Que el Barça es mejor, -que no, hala Madrid. -pero qué dices? el Sevilla mola. -no, la que mola es la morena que viene por ahí. -coño tronco, siempre dando en el clavo, verdad que está guapa.

  • Las vacaciones colectivas son... selectivas. Pero por el jefe, tú no puedes seleccionar nada. Si tenías planes para septiembre, pues mejor que no. -"Pero es que ya tengo pasajes"; -lo siento te necesitamos precisamente para esa fecha, no estás comprometido con la empresa?.

  • Las mujeres se quejan por lo que tienen y no tienen. También nosotros claro, pero ellas un poco más. Que no tengo novio... que tengo uno pero es una basura... que yo tengo uno que es perfecto pero me aburre... pues el mío es perfecto, no me aburre pero nunca sé qué vamos hacer... jooooder, ya va que me he perdido. Esto se aplica en todo!

  • No estamos conforme con nuestro horario. Preferimos (bueno, en realidad prefieren ellos) entrar una hora antes, almorzar en 10 minutos y salir más temprano. Pero seamos realista, eso no va a suceder, aunque sí es verdad que dos horas de almuerzo es demasiado.
  • A las en punto comienza a sonar la campana del microondas. Y si se te ocurre ir 10 minutos después te fregaste, no encuentras sitio ni parado, mejor comes en tu puesto; por lo menos pon otro protector de pantalla para sentir que cambiaste de ambiente!.

  • Siempre hay una persona que sabe toooodo de la farándula. Sólo que acá se habla de la Pantoja o de Julio Iglesias y allá de Gaby Espino y del Miss Venezuela. Pero eso sí, Hola se lee acá, allá y en la China, por algo es la revista más vendida del mundo! Seguro que forma parte del PIB de España.

Diferencias:

  • Los baños son afuera. Y todos, incluido el presidente, los usamos. Al parecer acá no existe eso de que el jefe tenga un baño privado con hilo musical y mayordomo, mientras que la plebe tiene que hacer fila de media hora para usar el común.
  • La cerveza de los viernes no falla, y tampoco la del jueves, miércoles y si me apuran, bebemos el lunes y martes. Es que acá se toma cerveza y vino como si fuera agua y jugo (zumo).

  • Hola corazón, cuéntame como está tu familia, y a tu sobrino se le fue el catarro? en serio? wow, bueno te llamo por algo del trabajo pero primero cuéntame tu fin de semana... Pues, acá nunca va a pasar eso, acá es directo al grano: Hola María, es Luis de Contenidos, te llamo para concretar una reunión. Perfecto, apuntado a las 10 del miércoles, venga haztalogo.

  • Los viernes salimos temprano! Y de verdad, a las 3 en punto se apaga la pantalla del ordenador. Mi horario de l-j es de 8 a 2 y de 4 a 7, pero los viernes aplican la "jornada intensiva" que es un non-stop de 8 a 3. Luego a por cerveza y tapas hasta ponernos ciegos!

  • Prefiero las recepcionistas venezolanas porque siempre están pendiente de uno, sonríen, te ofrecen un café, y si llevas mucho tiempo esperando, hasta se ponen hablar contigo como si te conocieran de toda la vida. Acá no es así lamentablemente... hay veces que me da miedo visitar a algún cliente porque primero tengo que pasar por la recepcionista, creo que tengo recepcionistaespañolafobia. (ojo, la de Contenidos sí es maja)."

Bueno, hasta aquí las semejanzas y diferencias de una oficina española con respecto a una venezolana. Que conste que todo esto es exagerado aunque, en el fondo, tiene un poco de verdad. Lo que todavía no me queda claro es en cuál de las dos hay más rotación de personal...

2 comentarios:

Nicole dijo...

Es cierto, las diferencias son divertidas. Por cierto eso de los canarios es verdad, yo conozco a unos cuantos y resulta que lo único que falta es que te digan chévere, arrechisimo y pana!

aquí no se dice haztalogo, se dice ADEU!

Anónimo dijo...

Que paso luis, no sabía que tenias blog, que fino. Encontré la dirección ahí encima de mi escritorio, burda de raro, pero xs.

Ta fina la pagina, siguela actualizandola.

Your brother José.